Hasta 260 euros por no cumplir la permanencia de tu ‘pack’ de internet
Sanciones de las compañías de internet y móvil Movistar, Orange, Vodafone, Jazztel por incumplimentos de contrato en cuanto a la permanencia.
Las compañías de internet y móvil siguen siendo las empresas que más reclamaciones acumulan a lo largo del año. La falta de transparencia, así como la falta de un contrato físico cuando se hace una contratación telefónica siguen generando malestar entre los consumidores. Pero ¿cuál es la compañía con las penalizaciones más altas? ¿Existe un tiempo en el que no se aplicará una multa por romper el contrato? Desde el comparador ADSL HelpMyCash.com nos sacan de dudas.
Jazztel, la más dura con sus usuarios
Pocos son los consumidores que actualmente no conocen que los contratos de las tarifas de internet suelen añadir una cláusula de permanencia. El tiempo exigido parece haberse fijado en 12 meses, a excepción de cuando adquirimos un teléfono móvil financiado que llega a los 24 meses, 30 si lo hacemos a través de Movistar. Ahora bien, ¿qué sucede cuando se incumple dicho plazo?
Mientras que las telecos parecen haber llegado a un consenso para el tiempo de permanencia, no sucede lo mismo cuando se trata de la penalización por incumplimiento de contrato. Así, por ejemplo, Movistar llega a exigir hasta 190 euros, cantidad que va bajando a medida que se va cumpliendo el tiempo fijado de contrato. Misma técnica utiliza Jazztel, la cual sube la multa hasta los 260 euros, la más alta del momento.
En el caso de Vodafone, la teleco roja ha pasado a ofrecer la mayoría de sus productos sin compromiso de permanencia. Sin embargo, se puede recibir una multa por “compensación de los equipamientos e instalaciones no recuperables”; es decir, por la instalación que se haya hecho en el domicilio.
Pero el caso realmente curioso es el de Orange. La compañía gala contempla dos posibles escenarios: romper el acuerdo dentro de los primeros 14 días, lo que conlleva una multa de 138 euros; y hacerlo una vez pasado ese tiempo, lo cual rebajará la penalización hasta dejarla en un máximo de 97 euros.
¿Y el plazo de desistimiento?
Cuando se adquiere cualquier producto, lo normal es que exista un plazo en el que se pueda romper el contrato sin que haya una penalización, sobre todo si se hace a través de plataformas online o por teléfono. Pero ¿ofrecen esta opción las telecos? En el caso de Orange parece más que evidente que no se contempla, puesto que existe una multa específica por romper el contrato en los primeros 14 días.
En el resto de compañías no se especifica nada en los documentos que tienen en sus webs a simple vista. Sin embargo, si se busca un poco más, encontramos que en la mayoría de ellas se señala que en caso de desistimiento se puede aplicar un cargo en nuestra cuenta para compensar la inversión de la compañía en hacer la instalación y las gestiones pertinentes (portabilidad, alta…).
¿Cómo evitarlo?
En primer lugar, lo más sencillo es preguntar al comercial que nos atiende sobre el tiempo de desistimiento: cuántos días dan y comprobar que está escrito en el contrato antes de firmarlo. En caso de que no lo haya no es aconsejable apostar por sus servicios, ya que a día de hoy hay varios packs de internet (con y sin tarifa de móvil incluida) que no exigen compromiso de permanencia.
En caso de apostar por un paquete sin dicha cláusula, es preferible esperar a que se cumplan los primeros 15 días de servicio. Es más, no hay que dejarse llevar por dicha publicidad. Por ejemplo, en el caso de Movistar Fusión que se comercializa bajo esa idea de eliminar las ataduras, las condiciones legales indican que hay que cumplir al menos 3 meses, sino se aplica la penalización en base a la promoción de “alta gratis”. Por lo tanto, hay que ir con mil ojos.
Finalmente, si no existe dicho tiempo de desistimiento o ya se ha aplicado una penalización, en la guía gratuita “¿Cómo reclamar a tu teleco?” se recopilan todos los pasos y entidades a los que acudir para frenar los abusos de las compañías. Y es que los consumidores también tienen derechos frente a las compañías de internet, pese a que pocas veces los respeten sin pelear.
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