Divorcio con hipoteca

¿Qué pasa con la hipoteca si me divorcio?

Un divorcio nunca es fácil, pero si además incluye una hipoteca de por medio, encontrar una solución puede resultar toda una pesadilla. A una situación más que delicada de por sí, hay que sumar que aunque el mercado de la vivienda esté experimentando cierta recuperación, aún está lejos de ofrecer las opciones que existían antes de la crisis, señalan desde el comparador bancario HelpMyCash.com.

¿Cómo conseguir desvincularse de la hipoteca?
En el caso de que la pareja llegue de mutuo acuerdo a decidir que el mejor camino es deshacerse de la casa y, por lo tanto, de la hipoteca, existen dos posibilidades: la dación en pago o la venta de la vivienda. Sin embargo, ambos caminos son bastante difíciles de conseguir en la actualidad, ya sea por la situación del mercado o por las propias exigencias del banco.
Venta de la vivienda
Deshacerse de la vivienda mediante la venta es probablemente la primera opción que nos viene a la cabeza, aunque es muy probable que encontrar un comprador nos lleve bastante tiempo, en función del tipo de inmueble del que se trate.
Por otra parte, esta opción conlleva dos problemas: por un lado, la venta de la vivienda puede alargar dramáticamente el proceso de divorcio y por el otro es muy probable que no consigamos el precio al que la compramos, visto la devaluación del metro cuadrado que se ha experimentado.
La dación en pago
La conocida dación en pago consiste básicamente en saldar la deuda restante de nuestro préstamo hipotecario entregando la casa al banco. De esta manera quedaremos exentos de la deuda. No obstante, conseguir la dación en pago será muy difícil ya que los bancos tienen repleta su cartera de pisos por embargos y más si esta posibilidad no estaba contemplada en nuestro contrato hipotecario. Y por si fuera poco, será aún más difícil si:
·         La deuda restante de la hipoteca representa una gran parte del valor de la vivienda
·         Nuestra situación financiera es suficiente como para poder hacer frente a la hipoteca
·         Si en el contrato habíamos incluido avalistas que sean solventes
·         Tenemos otras deudas
¿Y si alguno de los conyugues quiere la casa?
Si conseguir hacer desaparecer la hipoteca es difícil, no lo es menos cuándo uno de los cónyuges quiere quedarse con la vivienda. En estos casos existen tres vías para ello, aunque en los tres casos es muy probable que las dos partes continúen figurando en el contrato hipotecario.
Sentencia judicial
En este caso, será un juez el que dictamine el destino final de la vivienda. En estas situaciones, si bien el magistrado decide sobre quién recibe la propiedad de la vivienda, es habitual que se dictamine que las dos partes permanezcan sujetas a la hipoteca, aunque sólo la persona que se queda con la casa se haga cargo de las cuotas. El problema con esta fórmula es que si una parte no paga las mensualidades, la otra puede verse embargada.
Sentencia de divorcio
En el caso de que se tuvieran hijos, se puede llegar a un acuerdo por el cual la parte responsable de estos se quede con la casa. En este caso no se modifican ni la propiedad de la vivienda ni el contrato hipotecario.
Extinción del condominio
Una extinción del condominio es un acuerdo al que llega la pareja por la cual una parte le cede la vivienda a la otra.  Se trata de un proceso mucho más económico que realizar una escritura de compraventa de la vivienda, pero a fin de cuentas una parte le paga a la otra el valor que le corresponde.
Para llevar a cabo el cambio de titular que requiere este proceso será necesario llevar a cabo una novación de la hipoteca, mediante la que podremos modificar los responsables de la hipoteca que figuran en el contrato. Desafortunadamente, es aquí donde se suelen encontrar más escollos, puesto que el banco no tiene por qué estar de acuerdo y puede denegar dicho cambio. La razón es sencilla: al disminuir el número de titulares, disminuyen también las garantías de pago de la hipoteca.
A menos que la persona que se vaya a hacer cargo del préstamo cuente con un perfil financiero sólido (ahorros, ingresos, estabilidad laboral, antigüedad en el cargo, etc.) es bastante improbable que el banco de su brazo a torcer, algo que puede enturbiar el proceso de divorcio.
Soluciones alternativas
Si ninguna de las anteriores opciones nos conviene o no parecen resultar viables, existen otras alternativas que se han practicado con mayor frecuencia, especialmente a raíz de la crisis económica. A pesar de que no sean muy populares, debido a la cantidad de conflictos y desacuerdos que pueden generar, aún podríamos:
-Alquilar toda o parte de la vivienda: se puede poner en alquiler tanto toda la vivienda como sólo algunas habitaciones, con el objetivo de que este pago vaya amortizando la hipoteca.

-Vivir en el hogar sin hacer vida de pareja: probablemente la opción menos popular, pero permite ganar tiempo hasta que el mercado se recupere y aparezca una posibilidad de venta.  

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