Aunque parezca un despropósito, estando
bajo la influencia del alcohol compramos más de lo que nos gustaría. Al menos
así lo afirma un estudio realizado por el portal estadounidense Finder sobre
las compras que realizan los americanos estando ebrios. Este estudio muestra
que el 46 % de los estadounidenses que
beben regularmente (68 millones de personas) admiten haber realizado compras
ebrios a través de sus tarjetas bancarias. De acuerdo con las estimaciones
de Finder, el gasto estimado de este tipo de compras podría ascender a los
30,43 millones de dólares, unos 448 dólares por persona al año, según nos
explica el comparador financiero HelpMyCash.com.
Comida,
zapatos y ropa, los gastos más comunes
El gasto se realiza tanto en compras
online con nuestras tarjetas de crédito y débito como en establecimientos físicos. Por
finalidad, la comida es nuestra compra
favorita, constituyendo el 60,83 % de todas las compras de este estilo,
seguida por zapatos y ropa (25,09 %) y, en tercer lugar, las apuestas (24,91
%), aunque los encuestados también admiten haber comprado tiques para
conciertos o incluso prostitución.
La
generación X, las personas nacidas entre la década de los 60 y los 80, gastan
casi el triple (739 dólares) que los millennials
(206 dólares) al año en este tipo de compras, pero estos últimos
son mucho más propensos a quemar sus tarjetas bancarias en compras estando
borrachos. Así, mientras que el 51,17 % de los de la generación X admite que
realiza de manera regular, el 61,07 % de los millennials afirma hacer lo mismo.
En cuanto al sexo de los compradores, los hombres son los que más inclinación
tienen a realizar compras en este estado. El 48,19 % de los estadounidenses
admite efectuar compras estando bajo las influencias del alcohol, mientras que
en las mujeres este porcentaje alcanza el 41,36 %.
Cómo evitar
gastar de más con nuestras tarjetas
Aunque
en España no hay cifras oficiales sobre esta curiosa asociación de compras bajo
los efectos del alcohol, sí que es cierto que el uso de estos
plásticos, tanto en su modalidad a débito como a crédito, ha aumentado en los
últimos dos años, de acuerdo con los datos del Banco de España. Uno de los
peligros, dicen los expertos, de utilizar las tarjetas en vez del efectivo, es
que no al no tener un control visual del
dinero que gastamos, es decir, el dinero no va desapareciendo
paulatinamente de nuestra cartera, se
potencian las compras compulsivas o de objetos innecesarios.
Por ello, ya sea con o sin alcohol, es importante realizar una previsión de gasto.
No tiene por qué ser un gran presupuesto detallado, puede incluso ser una
previsión del gasto diario. Hacer una lista mental en nuestra cabeza, aunque
siempre es mejor dejarlo por escrito, de las cosas que compraremos ese día y no
sobrepasar ese límite.
Igualmente, si somos de los que las
previsiones de gasto no van con nosotros o de los que el alcohol elimina
nuestro lado más ahorrador, prácticamente
todas las tarjetas permiten poner límites de compras diarios o realizar
presupuestos desde las propias apps
bancarias. Así, cuando superamos el límite previsto de una cierta categoría
de gastos (ocio, por ejemplo) la entidad nos enviará una notificación al móvil
o incluso nos restringirá el acceso a nuestro dinero por nuestro bien.
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