Demanda obligaciones convertibles Santander 2012

ADICAE presenta demanda contra la conversión de obligaciones convertibles en acciones del Banco Santander

Cuando en el año 2007, en pleno proceso de compra de ABN Amro, el Banco Santander fue el primero en España en lanzar un producto innovador entre sus clientes de oficinas: bonos obligatoriamente convertibles todos los clientes se la prometían muy felices con la obtención de un 7,5% anual el primer año y después el euríbor a tres meses más un diferencial de 275 puntos básicos.

En el 2012 recuperarían con creces el dinero invertido en forma de acciones que se esperaba cotizarían por un importe superior al precio inicial fijado de conversión y con lo cual se ganarían durante 5 años intereses y luego la plusvalía por el incremento del valor de las acciones.

La realidad tras el paso de 5 años es todo lo contrario, los inversores ni han podido obtener liquidez con la venta durante estos años debido al bajo valor de la acción y muchos se encuentran con que ahora es obligatoria la conversión. El problema es que el inversor particular desconocía el funcionamiento de la inversión que practicamente les fué impuesta por el director de su oficina. Es ahora cuando los cerca de 130.000 ahorradores que compraron los bonos se encuentran ahora con una inversión que sufre minusvalías latentes. De media, cada uno de ellos invirtió 54.000 euros. Es como si hubieran comprado las acciones a 13,67 euros, cuando ayer cerraron a 6,207 euros más o menos un 50% de pérdida.

Desde Adicae se han puesto en marcha para defender los derechos del pequeño inversor en el asunto de las obligaciones convertibles del Santander

Adicae ha asegurado que en "todos" los casos analizados la campaña de comercialización y por tanto la iniciativa en la contratación la ostentó el Santander, al que ha acusado de diseñar "una campaña muy agresiva" que le permitió colocar los valores en un tiempo récord de 13 días. En su opinión, este récord "dejó una salvaje colocación en la que el Santander dedicó la totalidad de su plantilla y sus recursos, y sobrepasó los límites de la legalidad vigente".

Ha añadido que la comercialización se inició incluso antes de registrar el folleto informativo en la CNMV, "vulnerando", a su juicio, "toda la normativa vigente y vaciando de contenido la función del supervisor".

Según Adicae, los valores fueron comercializados entre inversores particulares, que "en su gran mayoría eran personas sin perfil financiero y sin historial de inversión en productos de riesgo".