Las
tarjetas de crédito, en el punto de mira de la sustracción de información
personal
En la sociedad actual, las innovaciones tecnológicas
aplicadas al sector económico no paran de aumentar y, aunque eso, entre otras
cosas, nos permite realizar pagos online, también han aumentado las opciones de
sufrir un fraude virtual. De hecho, las tarjetas de crédito, uno de losproductos financieros más utilizados por los españoles a la hora de
comprar a distancia, son los objetivos
más atacados por los estafadores.
Desde hace unos años, no paran de aparecer noticias en la prensa sobre la clonación de
tarjetas, es decir, sobre skimming online. Se denomina con este término al robo de información de los “plásticos”
en el momento de la transacción, con la finalidad de reproducirlos o clonarlos
para posteriormente utilizarlos de manera fraudulenta.
Para poder entender mejor esta técnica, pongamos un ejemplo
de una situación real: imaginemos que después de realizar una compra en un
establecimiento a pie de calle le facilitamos nuestra tarjeta al dependiente.
Éste la coge durante unos segundos, realiza el cobro y nos la devuelve como si
nada hubiera pasado. Aquí es donde se realiza el fraude, ya que el dependiente podría tener en la mano un
aparato minúsculo (el skimmer),
que copia la información de la banda magnética de la misma manera que lo haría
la ranura de un cajero automático.
¿Qué
podemos hacer para defender las tarjetas del fraude?
Como apuntan desde el
comparador HelpMyCash.com, ante la aparición de todas estas técnicas de
usurpación de datos, las entidades
emisoras de tarjetas de crédito han incluido algunos seguros para
indemnizar a los clientes que se vean envueltos en cualquiera de estas
situaciones, aunque las coberturas que ofrecen varían en función de la entidad
y de la tarjeta.
Estos seguros son los
antifraude, que cubren la clonación de las tarjetas y los usos no
reconocidos por el cliente, aunque muchas veces sólo lo hacen en caso de robo o
extravío. Una de las tarjetas de crédito que nos ofrece este seguro, de manera
gratuita, con la mejor cobertura para realizar compras por Internet o en
cualquier establecimiento de forma segura es la tarjeta de crédito Visa Oro de ING Direct, que nos ofrece
la garantía de recuperar todo nuestro dinero en el caso de que la usen de
manera fraudulenta, nos la roben o la perdamos.
Además de los seguros incluidos en las tarjetas, es
importante que, para estar lo más protegidos posibles, utilicemos siempre plataformas de pago conocidas, que tengan un
certificado de autenticidad, que la URL de la página comience por https://
y que el portal incorpore sellos de seguridad online.
El comercio
electrónico se convierte en una tierra hostil para nuestros datos
Ya hemos comentado una de las técnicas más utilizadas para
sustraer datos personales y bancarios a través de las tarjetas de crédito. No
obstante, las tarjetas no son las únicas que sufren estos fraudes en lo que
respecta a las compras y gestiones realizadas por la red. De hecho, cada vez
son más las maneras de vulnerar la
información privada de los usuarios.
El phishing, por ejemplo, es una
técnica donde el estafador suplanta la identidad de una empresa o una persona,
con el fin de conseguir la información del usuario. También podemos
encontrarnos con la inyección de códigos
maliciosos en dispositivos que roban los datos bancarios de los
consumidores, utilizando sistemas que interceptan sus claves. Un claro ejemplo
de esto es el pharming, que hace que un virus troyano se infiltre en la
dirección IP de nuestro dispositivo y en el nombre de nuestro servidor.
Por otro lado, nos encontramos con otras técnicas como el clickjacking,
que también es conocida con el nombre de secuestro de clic. En estos casos, el
atacante fuerza al dispositivo a hacer clic en cualquier vínculo de una web y,
de esta manera, lleva al usuario, sin que éste se dé cuenta de lo que hace,
hacia páginas web con virus o publicidad no deseada.
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